La enfermedad de Parkinson en podología


Hoy trataré un tema muy interesante que tuve la suerte de tratar durante mi estancia en el Hospital Clínic. No debemos pasar por alto las enfermedades generales de nuestros pacientes, como una vez me dijo uno de mis profesores hay que mirar más arriba, no solo los pies. 

Este post quiero que sirva para que le demos más importancia a la salud general y ver más allá, siempre tener la idea de buscar la causa y no tratar todo igual y quedandonos en el reduccionismo de la extremidad inferior. Parece que cuando llevamos tiempo ejerciendo la profesión nos vamos quedando con los conceptos básicos que manejamos en nuestro día a día como podólogos y cada vez quedan más lejos los nombres técnicos y todo aquellos que aprendimos en la universidad suena como algo que "me suena". Os animo a seguir aprendiendo y no sólo de podología, tenemos en nuestras manos pacientes, personas que necesitan una atención especial, lo debemos hacer por ellos.

Y entonces, ¿qué es la Enfermedad del Parkinson?

Pues es un trastorno neurodegenerativo progresivo caracterizado por alteraciones motoras y no motoras y se suele asociar con discapacidad. Tiene gran variabilidad en su curso clínico y tiene una afectación en la calidad de vida e independencia del paciente. Respecto a la sintomatología, la EP, como trastorno de movimiento, es caracterizado por temblor en reposo, bradicinesia, rigidez e inestabilidad postural. 

Puede parecer que este post lo hago por los trastornos de la marcha que generan la propia enfermedad, igual que otras enfermedades degenerativas. Pero muchas veces como bien he dicho antes, debemos ir más allá. 

En el caso que tratamos, el paciente consultaba por molestias en la zona lateral del pie, lo cual no parecia de extrañar por la inversión del pie que se observaba. Esa marcha en inversión fue la que generaba el dolor, pero ¿qué hubo antes? ¿hay más datos a tener en cuenta? Pues sí, el paciente habia sufrido anteriormente dos fracturas de estrés de los metatarsianos, en el 4º y 5º metatarsianos, y esto ¿por qué se produjo? pues bien, está relacionado con la Enfermedad de Parkinson, y no sólo por la marcha alterada y esa inversión aumentada de los pies. 

Al verlo, decidimos ir más allá, tal y como profesionales sanitarios deberiamos siempre hacer, y vimos que en bibliografía, encontramos que se relacionaba el tratamiento del Parkinson con levodopa con el desarrollo de distonia de la extremidad inferior lo cual podia generar fracturas por estrés de los metatarsianos. 

Me resulta un caso muy interesante, y no tan frecuente en consulta pero a su vez, he querido mostrarlo para poder mostraros un poco esta opinión respecto a que como podólogos, observo a mi alrededor que nos quedamos en lo más básico y no le damos las vueltas necesarias a los diferentes casos que tenemos en consulta. Y es más, a veces, me da la sensación que nos conformamos con ganarnos la vida. 

¡Sigamos creciendo, en la medida de lo posible!

La educación nos hace libres. 

"La liberté commence où l'ignorance finit." Victor Hugo.  



 

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