Esta semana he revisado un artículo sobre la economía del corredor, ya que el otro día leía en el Instagram de un compañero sobre ello, y me dí cuenta que muchas veces no lo tenemos en cuenta. Aunque cabe destacar que si el paciente presenta una patología en pie o tobillo, se debe tratar de la forma más adecuada que muchas veces es con plantillas, vendajes o modificaciones en el calzado del deportista.
En el artículo hay varias conclusiones que no me acaban de convencer pero tienen su lógica, dejando atrás que hay casos en lo que hay que tratar de forma ortopodologica a pesar que según el artículo pueda alterar la economía de carrera.
Crago, et al. concluyen con su artículo de revisión que los corredores de resistencia que utilizan plantillas a medida respecto a los que iban sin plantillas tenían una peor economía de carrera. Igual que las palmillas amortiguadoras. Aunque hay un tipo de palmilla de fibra de carbono que parece tener efectos favorables en la economía de carrera.
Lo primero que debemos saber es de qué se trata la economía de carrera y por qué es tan importante cuando hablamos de corredores de resistencia.
Podríamos definir la economía de carrera
como la medida fisiológica del consumo de oxígeno (VO2/kg/min) que nuestro cuerpo necesita
para correr a una determinada velocidad submáxima. Es decir, cuánto
oxígeno necesitamos por kilogramo de peso y minuto a una velocidad
concreta.
Los factores que pueden influir en ella son:
- El entrenamiento
- El lugar/ambiente/clima
- Antropometría del corredor, su fisiología y su biomecánica
A nivel biomecánico, encontramos que los siguientes factores parecen mejorar la economía de carrera:
- La longitud de la zancada
- La disminución de oscilación vertical del centro de masa
- Mayor rigidez de las piernas
- Mantenimiento del movimiento de brazos
- La capacidad de músculos, tendones y ligamentos de las extremidades inferiores para absorver y devolver la energía mecánica en el cuerpo humano durante la carrera

Una parte importante del artículo es la que hablan del arco longitudinal interno, y su relación corriendo. Como he comentado antes, concluyen que las plantillas no son beneficiosas para la economía de carrera, pero sí para tratar diferentes patologías en las que son importantes. Y siempre teniendo en cuenta que hablamos de corredores de resistencia.
El arco longitudinal interno (ALI) es la estructura que funciona como muelle en secuencia con la extremidad inferior mientras corremos.
En la fase de apoyo temprana el ALI se alarga y se deforma, absorviendo la energía mecánica en los tejidos elásticos que cruzan el arco del pie.
En la fase de apoyo tardía el ALI se acorta y tiene un retroceso mediante el cual devuelve la energía mecánica absorvida anteriormente para así, recibir fuerza positiva para la propulsión.
Se puede llamar pie en resorte, se dice que el pie devuelve entre el 8-17% de la energía mecánica requerida para cada paso.
Este mecanismo de deformación del ALI y recogida es importante para la economía de carrera.
Todo lo que evite este mecanismo puede disminuirla.
Las plantillas suelen ser usadas por este colectivo para la prevención y tratamiento de lesiones musculoesqueléticas. Alteran la cinemática, la actividad del múculo y cargas. Y también tienen un impacto sobre el ALI, según el artículo, limita este efecto que hemos hablado, el "pie en resorte", por ello, puede ser menos recomendable el "sujetar" ese ALI, si no intentar darle el protagonismo que tiene pero tratando y previniendo siempre que puede ser compatible perfectamente con las plantillas.
Me ha quedado mucho por leer sobre este tema, así que seguimos...
Artículo revisado: Crago D, Bishop C, Arnold JB. The effect of foot orthoses and insoles on
running economy and performance in distance runners: A systematic
review and meta-analysis. J Sports Sci. 2019;37(22):2613-2624. doi:10.1080/02640414.2019.1651582
Artículo interesante para leer y saber más sobre la economía de carrera: Moore I. S. (2016). Is There an Economical Running Technique? A Review
of Modifiable Biomechanical Factors Affecting Running Economy. Sports medicine (Auckland, N.Z.), 46(6), 793–807. https://doi.org/10.1007/s40279-016-0474-4
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